NOTA: Este artículo es un extracto del artículo original. Aquí tienes acceso gratuito y directo al PDF con el artículo completo (59 páginas). En él puedes ver las gráficas de los experimentos sobre la eficacia de los materiales para hacer mascarillas caseras. También tienes enlaces a algunos vídeos muy interesantes.


¿Pueden las mascarillas detener la propagación del coronavirus?

Si tenemos en cuenta las pruebas indirectas sobre la eficacia de las mascarillas para prevenir la transmisión de las infecciones por coronavirus humanos, así como otros estudios, la respuesta es: «Es previsible que sí».

Todas las mascarillas (incluidas las caseras) podrían ser útiles para reducir el número de contagios.

¿Todos deberíamos usar mascarilla?

En ciertas situaciones, sí.

Si suficientes personas usaran mascarilla, al menos de manera relativamente correcta, al menos durante parte del tiempo, los beneficios generales podrían ser impresionantes.

Si no hay suficientes mascarillas homologadas para todos, ¿es posible fabricar en casa alguna eficaz?

Voy a dedicar esta tercera parte del artículo a responder esta pregunta. Pero la respuesta breve es «sí».

Si no quieres leer el resto del artículo, quédate con lo que acabas de leer.

Nunca habíamos oído hablar tanto de mascarillas

A medida que nos acercamos a una fase de la pandemia en la que se permite que las personas se mezclen nuevamente, pero aún no existe una vacuna, y por lo tanto aún existe la posibilidad de nuevos brotes, el hecho de usar una mascarilla de forma universal (o el hecho de no hacerlo) cobra especial relevancia.

Aunque para nosotros todo esto es algo nuevo y desconcertante, nuestros antepasados vivieron situaciones parecidas a la que estamos viviendo ahora.

1 «Debes usar una mascarilla», imploraba la Cruz Roja hace un siglo para contener la epidemia de gripe.

El uso de mascarillas es habitual desde hace años en algunos países de Asia (Japón, Hong Kong, Corea del Sur, China, Taiwan…), en parte como una protección contra el aire contaminado y quizás también como una respuesta a los brotes de SARS y MERS que vivieron allí no hace tanto tiempo.

2 Foto: Jeremy-Stenuit-Unsplash

Pero ya se usan cada vez más en Europa, en Estados Unidos y en muchos otros países.

3 Una cajera de supermercado en Buenos Aires. Además de la mascarilla, atiende a los clientes a través de una cortina de plástico para protegerse del SARS-CoV-2.

Foto: Natacha Pisarenko

Mascarillas: cuántas clases hay y para qué está indicada cada una de ellas

Hay tres clases principales de mascarillas: mascarillas autofiltrantes o respiradores (FFP2, FFP3, N95…), mascarillas quirúrgicas y mascarillas no homologadas.

Mascarillas autofiltrantes o respiradores (FFP3, FFP2, N95, etc.)

Un respirador es un equipo de protección personal que evita que quien lo lleva puesto inhale aerosoles (partículas sólidas o líquidas suspendidas en el aire infecciosas o tóxicas), así como también gases (desinfectantes, gases anestésicos, etc.) peligrosos para la salud.

Modelos-Mascarillas

Diferentes modelos de mascarillas autofiltrantes FFP, algunas con válvula de exhalación y otras sin ella. La forma de las mascarillas es diferente, pero la capacidad de filtración de todas ellas es excelente.

La función principal de los respiradores o mascarillas autofiltrantes es proteger a quienes las usan.

Mascarillas quirúrgicas

Una mascarilla quirúrgica es un producto sanitario que se puede comprar en la farmacia y que protege contra agentes infecciosos transmitidos por gotitas de tamaños muy diversos. Pueden ser gotitas de saliva o secreciones del tracto respiratorio superior que se generan cuando la persona que la lleva puesta exhala, habla, tose o estornuda. Normalemente están hechas de un tejido de poliéster y celulosa y llevan una pequeña goma para las orejas.

En una situación normal, las mascarillas quirúrgicas son desechables.

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La función de las mascarillas quirúrgicas es evitar la transmisión de virus o bacterias infecciosos por parte de quien las lleva puestas. Es decir, se usan para evitar contagiar a otras personas. Aunque, en cierto grado, también protegen a quien las usa.

El control de calidad de las mascarillas quirúrgicas se realiza en el sentido de la exhalación (de dentro hacia fuera). Esto es así porque una mascarilla quirúrgica no está destinada (ni, por tanto, diseñada) para proteger al usuario contra los agentes infecciosos que hay en el aire.

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Tres tipos de mascarillas quirúrgicas. En medio, con forma de pico de pato. A la derecha, con escudo facial incorporado para proteger los ojos. Todas llevan un trocito de material flexible en la parte superior, que es lo que permite ajustarlas al caballete de la nariz.

La mejor mascarilla médica, los respiradores o mascarillas autofiltrantes, filtran al menos el 95 % de las partículas de 0,3 micras.

En comparación, una mascarilla quirúrgica típica tiene una eficacia de filtración variable, normalemente entre el 60 al 80 % (aunque depende mucho del tamaño de las partículas).

¿Cuándo usar una mascarilla?

Para saber cuándo usar una mascarilla hay que tener en cuenta que las personas infectadas emiten partículas cargadas de virus. Algunas de ellas pueden permanecer suspendidas en el aire durante horas. Y también pueden viajar con las corrientes de aire a lo largo de decenas de metros.

Además, hay que tener en cuenta cómo se han producido la mayoría de las infecciones a las que se ha seguido la pista.

El equipo de detectives del coronavirus ha encontrado que:

Un patrón que estamos viendo en todo el mundo es este: el virus se ha propagado más rápidamente en las grandes reuniones sociales, culturales o religiosas.

Cada uno de los países más afectados por la pandemia ha comunicado historias similares: reuniones en las que un gran número de personas pasó numerosas horas en estrecha compañía, agarrándose de la mano, besándose, cantando, rezando o compartiendo bebidas del mismo vaso, fueron fuentes importantes de contagios.

Casi todas las transmisiones de COVID-19 identificadas han ocurrido en interiores. Estar al aire libre es casi siempre mejor que estar en el interior, debido a que los virus que pudiera haber en el ambiente están más diluidos.

Hay pocas pruebas de que el virus se transmita a través de las superficies (manillas de las puertas, teléfonos móviles, etc.). La mayoría de las infecciones que rastrearon no se produjeron en los supermercados o en los restaurantes. Pero muchas tuvieron lugar dentro de casa, entre los familiares que convivían con algún enfermo.

Cuando estamos en la calle, en espacios abiertos, con muy pocas personas, alejadas mas de dos metros de nosotros, no es necesario usar mascarilla.

Tampoco es necesario si vamos conduciendo solos. O si estamos solos en casa.

No desperdiciemos las mascarillas.

Por el contrario, en situaciones donde existe la posibilidad de encontrarnos a menos de un metro de otra persona, como, por ejemplo, dentro de un supermercado o en el tranporte público, entonces sí es importante usarlas. Y es importante que todos las usen.

No debemos tener miedo de contagiarnos en el interior de espacios comunes, como pasillos o ascensores, incluso si ha estado allí antes una persona enferma. Si hay partículas infecciosas en el aire, lo más probable es que haya muy pocas.

Debemos tener en cuenta esta fórmula: Exposición = concentración x tiempo

Es decir, a más concentración de virus o más tiempo pasamos junto a alguien infectado, mayor será la probabilidad de contagiarnos.

Cuando más podría ayudar una mascarilla es cuando no podamos evitar estar cerca de otras personas, y especialmente en situaciones como estas:

  • Si convivimos con una persona infectada. O si sospechamos que lo estamos nosotros y no vivimos solos.
  • Cuando vayamos a la compra.
  • En el transporte público.
  • En el centro de trabajo, si hay más personas cerca.
  • En partidos deportivos.
  • En congresos/reuniones/conferencias.
  • En medios de transporte/cruceros.
  • En iglesias/funerales.
  • En conciertos/espectáculos.
  • En manifestaciones/mítines.
  • En celebraciones o fiestas de cualquier tipo.
  • En cafeterías con mucha gente, discotecas, bares.

En algunos casos, especialmente en los dos últimos de la lista, llevar mascarilla puede ser muy molesto, pero es la única forma de protegernos y de proteger a los demás.

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Foto: Aditya Chinchure-Unsplash.

Las razones más importantes que justifican el uso de mascarillas

Se ha demostrado que el virus permanece viable en el aire durante varias horas cuando se libera en un aerosol en condiciones experimentales [1], y que estos aerosoles se bloquean por las mascarillas quirúrgicas en los experimentos realizados en el laboratorio con otros coronavirus [2].

Se ha demostrado que las personas son infecciosas hasta 2,5 días antes del inicio de los síntomas, [3] y que hasta el 50 % de las infecciones parecen ocurrir en individuos presintomáticos [4].

Se ha demostrado asimismo que la carga viral es particularmente alta en la etapa temprana de la enfermedad (se transmiten más virus al principio, cuando la persona infectada no sabe que lo está).

La prevalencia comunitaria de COVID-19 en muchos países es probable que sea alta. Es decir, se cree que muchas personas están infectadas [5].

Los estudios sugieren que incluso una pequeña reducción en la transmisión comunitaria podría provocar una diferencia importante en la demanda de camas de hospital y de ventiladores) [6].

No es el momento de desconfiar de la gente, sino de enseñarles a usar bien las mascarillas. Y de conseguir que lo hagan sin abandonar otras medidas.

Si es posible aprender a lavarse bien las manos, ¿por qué no íbamos a aprender a usar bien las mascarillas?

COVID-19: Si llevamos puesta una mascarilla, ¿nos estamos protegiendo?

Existen pruebas preliminares (todas ellas en el ámbito médico) de que tanto los respiradores (N95, FFP3, etc.) como las mascarillas quirúrgicas ayudan a proteger a quienes las usan frente al coronavirus, aunque el alcance de la protección es incierto.

No hay pruebas (aún) en lo que respecta a las mascarillas no homologadas (de tela, etc.). Los estudios que hay en este último caso son test de filtración realizados en el laboratorio, con máquinas en vez de con personas y con partículas en vez de con virus.

Pruebas indirectas

Hay muchas más pruebas sobre los resfriados y la gripe que sobre COVID-19. Las mascarillas quirúrgicas y (especialmente) los respiradores protegen al usuario frente a los virus respiratorios.

Aunque sean muy distintas, se ha visto que las mascarillas quirúrgicas protegen de la gripe de manera similar a las mascarillas autofiltrantes.

COVID-19: Si llevamos puesta una mascarilla, ¿estamos protegiendo a otras personas?

Existen pruebas preliminares de que, si tenemos COVID-19, podemos proteger a otras personas si nos ponemos una mascarilla.

Pruebas indirectas

Existen muchas pruebas de que las personas enfermas pueden proteger a las personas sanas usando un respirador o una mascarilla quirúrgica. Incluso las mascarillas caseras van acumulando una buena cantidad de pruebas a su favor para este propósito.

Los respiradores son las mejores mascarillas para reducir el riesgo de transmisión de virus respiratorios. Pero no son mucho mejores que las mascarillas quirúrgicas para esta finalidad. Además, los respiradores son sustancialmente más incómodos, además de irritantes para la piel, lo que podría hacer que no se usen tanto tiempo y en tantas situaciones como sería deseable.

En cuanto a las mascarillas caseras, los resultados son muy variables, ya que intervienen muchos factores. En general son menos efectivas que las mascarillas homologadas, pero todas ellas protegen en alguna medida.

Aunque los estudios anteriores deducían que las gotitas con virus se propagaban principalmente a través de la tos, estudios más recientes ha encontrado que la transmisión a través del habla puede ser clave. Las gotitas se expulsan a menor presión y pueden ser más faciles de retener por las mascarillas.

¿Son útiles las mascarillas (de todo tipo) si estamos sanos?

En el peor de los casos, las mascarillas serían poco útiles a nivel de toda la población en pandemias como esta.

Es mejor una mascarilla ineficaz que no usar nada.

A nivel individual, no necesita ser eficaz al 100 %. Podría bastar con reducir la carga viral para que el sistema inmune pueda acabar con el virus.

A nivel de población, cualquier disminución en el número de contagios podría ayudar a frenar la pandemia.

Si tanto las personas infectadas como las sanas usaran una mascarilla, los virus tendrían que atravesar una barrera doble para llegar de una a otra.

Estudio publicado el 15 de abril: Diferencias en la generación de microgotas de saliva al hablar, con y sin mascarilla (incluye vídeo).

¿Qué materiales son mejores para hacer una mascarilla casera?

El textil no tejido (TNT) funciona mejor que la tela. Los filtros de tela generan una alta resistencia al flujo de aire cuando se pliegan.

Distintos materiales de TNT fueron muy eficaces a la hora de filtrar partículas de distintos tamaños. Podríamos usar fieltro, bayetas de microfibra, trapos de mopa, membranas de polipropileno…

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A la izquierda: textil tejido (algodón, etc.). Las partículas más pequeñas podrían colarse entre los poros de las telas tejidas.

A la derecha, textil no tejido (TNT), en los que se basan los respiradores (P95, FFP3, ect.). Están hechos de fibras microscópicas de cientos de capas de profundidad.

Los filtros domésticos de calderas, aire acondicionado, etc. obtuvieron buenos resultados, al igual que la tela de las bolsas de aspiradora.

En cuanto a las telas, varias capas de tela de fundas de almohada de 600 hilos, la tela de franela y los algodones de buena calidad de tejidos acolchados obtuvieron los mejores resultados. La seda y otros tejidos ligeros fueron mucho menos eficaces.

Si fabricas mascarillas en casa, ten en cuenta también esto

Los estudios de laboratorio se realizan en condiciones perfectas, sin fugas ni huecos en la mascarilla. Solo comparan los materiales. Pero, además del material, la forma de la mascarilla tiene un impacto muy grande en su efectividad. Las mejores mascarillas son las que se ajustan perfectamente a la cara.

Cuando una mascarilla (de cualquier tipo) no funciona, a menudo es porque hay un Q problema de ajuste. Por ejemplo, por muy buena que sea una mascarilla autofiltrante, un hombre con barba o mal afeitado nunca va a obtener una protección total, porque habrá fugas.

Hay varias formas de mejorar la eficacia de una mascarilla de tela: con un tejido más tupido, con más capas y con un mejor ajuste a la silueta de la cara.

Aumentar el número mayor de capas casi siempre mejora la eficacia de filtración.

Un problema de añadir muchas capas es que a veces tantas capas no dejan respirar bien.

Algunos materiales pueden filtrar muy bien, pero también impiden el paso del aire. Necesitamos materiales que bloqueen las pequeñas partículas pero que a la vez permitan el paso del aire.

Una buena opción sería combinar un buen tejido para hacer la funda de la mascarilla (que se pueda lavar a alta temperatura) y una material de relleno, o bien desechable, o bien que se pueda desinfectar tras cada uso.

Hay muchas opciones válidas. Por ejemplo, se podría usar como relleno un textil no tejido (un paño de limpiar las gafas o las pantallas de los ordenadores sería una buena opción), un filtro antialérgenos, una bolsa de aspiradora de tela o una membrana de polipropileno. O bien varias capas de papel de cocina (y/o servilletas de papel) de buena calidad.

Un último consejo: fíjate en cómo están hechas las mascarillas homologadas comerciales e intenta hacer algo parecido. Por ejemplo, fíjate en la forma de los respiradores, en el tipo de gomas que llevan las mascarillas quirúrgicas (muy cómodas), en las capas que llevan estas últimas… Cada detalle de los modelos comerciales está optimizado.

Importante: Ninguno de los materiales de los que te hablo en este artículo ha sido aprobado o avalado por ningún organismo regulador para el uso que se pretende. Antes de emplear cualquier material, asegúrate de que no contiene ninguna sustanca tóxica que pueda inhalarse.


NOTA: Aquí tienes acceso gratuito y directo al PDF con el artículo completo (59 páginas). En él puedes ver las gráficas de los experimentos sobre la eficacia de los materiales para hacer mascarillas caseras. También tienes enlaces a algunos vídeos muy interesantes.


Algunos temas que te perderás si no lees el PDF:

  • Hasta qué punto nos protegen las mascarillas hechas en casa?
  • Algunos consejos sobre el uso de las mascarillas
  • Cómo ponerse y quitarse correctamente un respirador

¿Qué veremos en la siguiente parte (IV)?

En la siguiente (y última) parte (parte IV) te hablaré de dos temas muy importantes: la limpieza de las superficies, de las casas, locales, vehículos… (cómo destruir los virus, y en particular el SARS-CoV-2) y la desinfección de las mascarillas.


Referencias

[1] van Doremalen N y cols, Aerosol and surface stability of SARS-CoV-2 as compared with SARS-CoV-1. N Engl J Med 2020. doi:10.1056/NEJMc2004973 pmid:32182409.

[2] Leung NH y cols. Respiratory virus shedding in exhaled breath and efficacy of face masks (brief communication). Nat Med 2020; [Epub ahead of print.] doi:10.1038/ s41591-020-0843-2.

[3] Ferretti L, y cols. Quantifying SARS-CoV-2 transmission suggests epidemic control with digital contact tracing. Science 2020;eabb6936. doi:10.1126/science.abb6936 pmid: 32234805.

[4] Ganyani T, Kremer C, Chen D, et al. Estimating the generation interval for covid-19 based on symptom onset data. medRxiv 2020.03.05.20031815. [Preprint.] doi: 10.1101/2020.03.05.20031815.

[5] Spellberg B y cols, Community prevalence of SARS-CoV-2 among patients with influenzalike illnesses presenting to a Los Angeles medical center in March 2020. JAMA 2020. doi:10.1001/jama.2020.4958 pmid:32232421.

[6] Hellewell J y cols. Centre for the Mathematical Modelling of Infectious Diseases COVID-19 Working Group. Feasibility of controlling COVID-19 outbreaks by isolation of cases and contacts. Lancet Glob Health 2020;8:e488-96. doi:10.1016/ S2214-109X(20)30074-7 pmid:32119825.