Como el cáncer de una persona es diferente al de cualquier otra, un medicamento que es efectivo contra una forma de cáncer en un paciente puede no ser necesariamente eficaz contra la misma forma de cáncer en otro paciente.

Además de las características propias de cada persona, los tratamientos que funcionan para los cánceres de un tipo de célula en particular pueden no funcionar para cánceres de un tipo de célula diferente.

El cáncer de mama, por ejemplo, puede dividirse en al menos once tipos distintos.

En el cáncer de colon, la eficacia de la terapia depende de su localización: si el tumor está en el lado izquierdo la supervivencia es hasta veinte meses superior que si está en el lado derecho. (Fuente)

Pero es que, además, el conjunto de mutaciones genéticas que tienen las células cancerosas no son las mismas en todas las regiones del tumor.

Dentro de una sola colonia de células tumorales, un tratamiento que mate a los miembros de un subclon específico de células mutadas (un grupo de células genéticamente idénticas que desciende de la primera célula mutante) puede que no sea capaz de matar a miembros de otros subclones.

Las células (genéticamente inestables) conducen a tumores cada vez más heterogéneos (en muchos aspectos) a medida que crecen, de modo que una parte de un tumor podría ser significativamente diferente de otra parte del mismo tumor.

De hecho, una de las principales dificultades para una terapia exitosa contra el cáncer es que los tumores son heterogéneos, tienen distintas «firmas genéticas».

Incluso se pueden construir árboles filogenéticos con las células cancerosas de un tumor (como árboles genealógicos en los que se representa los grados de parentesco entre diferentes líneas celulares).

Y las metástasis pueden ser incluso más diferentes.

El tumor está en constante evolución, tanto en respuesta al ambiente en el que crecen las células como en respuesta a los tratamientos que se lanzan contra él.

Puede eludir una terapia inicialmente eficaz y producir una recaída.

Tras el tratamiento, los subclones que han sobrevivido prosperan en ausencia de los otros subclones competidores.

Un problema complica todavía más la labor de los oncólogos: no se puede biopsiar (tomar pedacitos del tumor para ver la huella genética de los tumores) con frecuencia.

Cuando se conoce todo esto, es fácil comprender el inmenso reto que supone para los investigadores curar a los pacientes con cáncer en una etapa tardía, con metástasis, y con una alta inestabilidad genómica.

never-give-up

Una pregunta que seguro que te has hecho alguna vez es esta:

“¿Cómo de cerca estamos de poder curar cualquier tipo de cáncer?”

Pero hay otra aún más interesante:

“¿Hasta qué punto se puede prevenir el cáncer?”

(Ya sabes: prevenir es mucho mejor que curar.)

Las respuestas las encontrarás en este libro: Comprender el cáncer.

Foto: National Cancer Institute (Unsplash).